Hoy se cumplen 24 años desde el alud que sepultó a La Aurora en Teziutlán
Ya han transcurrido 24 años desde aque fatal martes 5 de octubre de 1999 cuando más 100 personas perdieron la vida por los deslaves de las fuertes lluvias siendo la colonia “La Aurora” la zona cero y donde más muertes sucediero
Hoy es siempre todavía: Aquel martes que enlutó a la Perla de la Sierra, un talud de tierra sepultó a decenas de personas de “La Aurora” que se protegían en sus casas de las intensas lluvias y ahí en sus propias viviendas llegó lo inevitable como fue el caso de don David Tomás Acosto que perdió a 16 familiares, su esposa, los hijos y nietos de ella que también eran como suyo y hasta sus compadres que estaban de visita.
Don Tomás Acosta que hoy tiene 83 años de edad fue el único sobreviviente de su familia pues su esposa lo mandó por las tortillas y dos pollos para comer y justo cuando llegaba a la colonia un estruendo lo asustó, por cual corrió solo para descubrir que sus seres queridos estaban bajo los escombros de su casa y de lodo.
Justo donde hasta octubre de 1999 se encontraban decenas de casas que colindaban con la parte trasera del panteón municipal y donde vivían cientos de personas y que posteriormente esa zona quedó destrozada, casas destruidas y las que quedaron de pie fueron desalojadas, ahora 24 años después han crecido árboles de todo tipo, unos fueron sembrados y otros, la naturaleza hizo su propia tarea de reforestación.
Nadie que desconozca que en este punto ubicado a unos pasos del centro de Teziutlán, puede siquiera imaginarse que fue el epicentro de la tragedia de la década, como fue denominada por el propio presidente de México, Ernesto Zedillo cuando entre lodo, escombros, personas sepultadas y familiares enojados reclamaban la llegada del Ejército Mexicano para las labores de rescate.
La Aurora hoy luce de verde, apenas con vestigios de casas abandonadas y otras cuantas que están en un lugar seguro como muestra que ahí alguna vez fue una colonia en la que vivían cientos de personas.
Ahí ahora ya hay árboles y flores silvestres y pasto larguísimo, pero el proceso llevó años por que durante un tiempo estuvo desértico, solo hubo tierra, lodo, algunas casas que quedaron de pie como testigos de la tragedia del 99 y otras como en espera que sus moradores regresaran.
En esta colonia hoy revestida de verde, lloró a sus muertos sepultados por lodo y por escombros y con la impotencia de no poder avanzar para salvarlos, solo los vecinos, voluntarios y policías municipales que por días no durmieron para rescatar a las víctimas, trataban con palas y picos y hasta con las propias manos de encontrar a sus seres queridos, de salvarlos, de abrazarlos.
Ahí perdieron la vida mujeres embarazadas, niños, hijos, esposos, padres y abuelitos y hasta amigos, ahí como en otros puntos del municipio como Huehueimico, se sentía la más profunda de las penas, la de la pérdida, la de la muerte de la familia.